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Arquitectura en Paraguay

Con promoción del gobierno de España, desde 1998 se celebra la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU). La próxima edición se llevará a cabo en octubre de este año en Asunción. El cierre para el envío de propuestas en las categorías Premio Iberoamericano de Arquitectura y Urbanismo y Panorama de Obras es el 9 de abril, mientras que Publicaciones, Textos de Investigación, Trabajos Académicos y Fotografía Habitando Iberoamérica cierra el 11 del mismo mes.

La BIAU, que ya transitó por Madrid (1998), Ciudad de México (2000), Santiago de Chile (2002), Lima (2004), Montevideo (2006), Lisboa (2008), Medellín (2010), Cádiz (2012), Rosario (2014) y San Pablo (2016), en los últimos años ha perdido parte de su intensidad. Quizá esto explique su ausencia el año pasado y su consiguiente reanudación en un año impar. No es difícil, tampoco, imaginar alguno de los motivos del desgaste, entre tantas crisis –empezando por la madre patria de todas las crisis–.

Con su institucionalidad estable en España, la Bienal actual es comisariada por los españoles Arturo Franco y Ana Román. En Paraguay, la coordinación corresponde a José Cubilla, y, por Uruguay, la curadora para esta edición es Daniella Urrutia. Aunque en las últimas ediciones el nivel de los proyectos presentados tiende lentamente a ser un poco más equilibrado, no es de extrañar que la calidad de las propuestas españolas y portuguesas haga que se destaquen por sobre las latinoamericanas. Ya sea por presupuesto, por tecnología o por el uso sistemático del concurso para la realización de la obra pública, la brecha aún es notoria. Por otro lado, esta situación no siempre se inclina a favor de los ibéricos, ya que el despilfarro y las “burbujas” también forman parte de este contraste. En general, en estas bienales resulta difícil discernir entre la cooperación desinteresada y el paternalismo soft power.

En este sentido, realizar la Bienal actual en Asunción podría suponer uno de los contrastes máximos, si tomamos en cuenta el tamaño y el nivel de desarrollo de la capital guaraní. Sin embargo, esta mirada apresurada no estaría tomando en cuenta la relevancia que, en el panorama mundial, ha alcanzado la arquitectura paraguaya en la última década.

Una escuela paraguaya

Tres posibles vertientes convergen actualmente en lo que llamamos en esta nota la “escuela paraguaya”. En un país con una muy joven comunidad académica en arquitectura –muchos de sus docentes se formaron en nuestra Universidad de la República– pero con una fuerte tradición en el trabajo artesanal de los “maestros de obra”, sus proyectos se destacan por su construcción. No me refiero aquí a si están o no bien construidos, sino a que la construcción forma parte fundamental de los procesos de ideación, en una deriva entre el ensayo, el error y la innovación. Además de una sensibilidad común sobre los problemas climáticos, los recursos escasos, la relación con el ambiente, estas obras comparten principalmente una cultura material.

La rama más notoria es la encabezada por Solano Benítez y Gloria Cabral, quienes proponen una arquitectura desde el manejo de la técnica y la materia, con un planteo novedoso sobre el uso –y reuso– del ladrillo, ampliando las posibilidades expresivas y estructurales de un elemento común.

Socios en el Gabinete de Arquitectura, Benítez y Cabral han sido ampliamente reconocidos. En 2008 Benítez obtuvo el premio del banco suizo BSI para arquitectos de menos de 50 años. Cabral, a su vez, fue seleccionada en 2014 por la Rolex (también suiza) para su programa Mentors & Protégés, para trabajar durante un año con el célebre arquitecto Peter Zumthor. Dos años más tarde, el Gabinete de Arquitectura obtuvo el León de Oro, premio mayor en la Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia. Esta breve reseña de distinciones intenta mostrar la atención que la arquitectura paraguaya ha concitado en Europa (léase, el mundo) a partir de las obras del Gabinete y las conferencias de Solano Benítez, su principal rockstar.

Javier Corvalán representa una segunda vertiente de esta supuesta escuela. Su Laboratorio de Arquitectura se ubica en Luque, en las afueras de Asunción. El estudio ocupa el galpón donde antes funcionó la carpintería en la que Corvalán trabajó en sus primeros años luego de recibido de arquitecto. En su pasaje por la Facultad de Ciencias y Tecnologías, la carrera Arquitectura compartía los tres primeros años con la de Ingeniería. Esta mezcla de trabajo manual y educación técnica es bastante apreciable en sus edificios, con propuestas siempre desafiantes –a veces desconcertantes– en términos estructurales.

Corvalán hizo estudios de posgrado en Roma, y estableció una relación permanente con el Instituto de Urbanismo y Arquitectura de Venecia, donde es profesor visitante. Representó a Paraguay en la Bienal de Venecia de 2014, y en 2018 volvió a Venecia para construir una de las diez capillas que representaron al Vaticano en la Bienal.

Más joven y menos conocido internacionalmente que los anteriores, José Cubilla integra la tercera rama. Su arquitectura persigue menos la originalidad y más la consistencia formal y espacial, con una sintaxis cercana a la de la arquitectura moderna: abstracción geométrica, equilibrio entre masas y vacíos y espacios fluidos. Sin embargo, su raíz constructiva y material emparenta su trabajo con el de sus mayores. Además de ser el actual coordinador de la BIAU en Asunción, en 2016 Cubilla obtuvo el premio Arquitecto de las Américas otorgado por la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos.

Teniendo en cuenta que toda selección es algo injusta, como lo es cualquier categorización cultural, esta nota es una excusa para presentar un pequeño panorama sobre la arquitectura contemporánea paraguaya, a la luz de la próxima BIAU.

 

autor: gustavo hiriart

publicado originalmente en la diaria, Montevideo, Uruguay

https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/3/esta-abierta-la-convocatoria-para-la-11a-bienal-iberoamericana-de-arquitectura-y-urbanismo/

Desde el frente

Una mujer observa un paisaje plano y desértico desde los peldaños más altos de una escalera plegable. Se elevó para cambiar el punto de vista, ver desde más arriba, más lejos, ampliar su horizonte; una acción simple, económica en términos de utilización de recursos, con la que obtiene un resultado relativo enorme. Con esta imagen se presenta la actual edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, creada en 1980 como una sección de la bienal de arte de la misma ciudad, que es la principal exposición internacional relacionada con la profesión y este año se realiza del 28 de mayo al 27 de noviembre.

El tema de esta decimoquinta edición, “Reportando desde el frente”, propone recoger, en el simbólico campo de batalla de la arquitectura, las experiencias de quienes han logrado, con su experiencia en la construcción del entorno, ganar cierta perspectiva (como la mujer en la escalera). A los participantes -representaciones nacionales e individuos- se les pidieron reportes de actuaciones exitosas, casos ejemplares en los que la arquitectura haya “hecho la diferencia”, al decir del curador de la colosal muestra, el arquitecto Alejandro Aravena (Santiago de Chile, 1967).

2016 parece ser un gran año para él: además de curar la Bienal, en enero recibió el Premio Pritzker (una especie de Nobel para los arquitectos, del que Aravena fuera jurado hasta el año anterior). Pero este no es su primer gran año: en 2008, la misma Bienal le otorgó el Premio a la Joven Promesa, y la revista Icon, especializada en arquitectura y diseño, lo colocó en su portada. Un año más tarde, la revista Monocle lo incluyó en una lista de 20 “nuevos héroes globales”. Autodefinido como idealista y pragmático a la vez, este ex docente de Harvard dirige desde 2001 el estudio chileno Elemental, enfocado en proyectos de “interés público e impacto social”, según explica su sitio en internet, que se ha destacado internacionalmente por algunos proyectos de vivienda agrupada. Para cerrar este párrafo biográfico, vale agregar su charla TED de 2014, video viral en el mundo de los arquitectos.

El lector se podrá preguntar por qué tanto detalle acerca de la figura del curador. Ocurre que hay, en forma indudable, una fuerte impronta de Aravena en su Bienal, desde el planteo inicial para los expositores hasta los premios otorgados -sobre los que volveremos más adelante-, pasando por la exposición a su cargo. El arquitecto chileno representa (y el premio Pritzker confirma esto) un cambio en el discurso de legitimación de la arquitectura: el pasaje de un supuesto sistema de estrellas globales a uno de héroes locales, que afrontan problemas y limitaciones materiales.

No es difícil entender -en tiempos de continuas crisis económicas y ambientales, y de “corrección política” generalizada- por qué este discurso pasó de alternativo a hegemónico. Aravena encarna ese relato y lo simplifica con eslóganes cargados de buenas intenciones, en una prédica de eficacia innegable. Como dice el argentino Fredy Massad, ahora parece que la arquitectura social hubiera nacido “de la mano de este nuevo mesías, que se ha encargado de hacerla trendy y deseable”.

La exposición que da la bienvenida a los visitantes de la Bienal, diseñada por el equipo curatorial, busca dar el ejemplo: en su montaje se utilizaron 10.000 metros cuadrados de placas de yeso y 14 kilómetros de montantes de acero, todos recuperados de lo que quedó de la bienal de arte realizada el año pasado. Apiladas, las placas generan muros laterales, sobre los que se exhibe la muestra, mientras que los perfiles galvanizados cuelgan del techo a modo de inquietante cielorraso. La potencia de este espacio impacta mucho más que la muestra que aloja. Por lo que he podido recabar, poco se habla de la calidad del espacio, casi nada de lo exhibido y mucho de la cantidad de material que se pudo reciclar (más de 90 toneladas), algo que suele ocurrir ante proyectos presentados con el destaque de que son “sustentables”: el foco está en lo cuantitativo.

Los premios

El jurado otorgó el León de Oro, máxima distinción de la Bienal, al Gabinete de Arquitectura (Paraguay), por la exposición Breaking the Siege (rompiendo el asedio). Curada por Solano Benítez, Gloria Cabral y Solanito Benítez, esa muestra consiste en una monumental bóveda perforada, construida íntegramente con ladrillos unidos con mortero (ver la foto). Esa filigrana de ladrillos, visualmente tan endeble como un castillo de naipes, es tal vez la imagen de lo opuesto: lo que allí se ve es la esencia de la forma, la estructura, lo necesario para existir. La instalación se complementa con una cuidada iluminación, que pone en evidencia los patrones que conforman la filigrana (en forma de equis), proyectando sus sombras sobre las paredes laterales. Lo más interesante de esta propuesta parece estar en el contraste entre una forma a priori noble y su construcción con medios sencillos (ladrillo, mano de obra no calificada) y, sobre todo, baratos.

El estudio liderado por Solano Benítez, carismático representante de lo glocal(global-local), cobró notoriedad en la última década por un uso imaginativo de un producto ordinario como el ladrillo. Las carencias materiales en su país lo llevaron a jerarquizar la técnica sobre otros factores, mediante un proceso de ensayo y error en obra, a fin de optimizar el uso de materiales y del presupuesto, alcanzando una expresividad propia y potente. Vale agregar que Benítez había sido premiado en 2008 por el banco suizo BSI (que es el principal patrocinador de esta bienal veneciana), mientras que Gloria Cabral fue elegida en 2014 para el programa Mentor & Protégé de la empresa Rolex. No es difícil ver aquí a lo establecido legitimando lo alternativo, absorbiéndolo en forma paternalista y convirtiéndolo en mainstream, algo que puede generalizarse acerca del conjunto de esta Bienal.
El León de Oro a la participación nacional le correspondió a la propuesta española, Unfinished (inacabado). Con la curaduría de Iñaqui Carnicero y Carlos Quintans, el conjunto compuesto por cuatro exposiciones propone una mirada sobre la producción reciente española, enfrentada a un prolongado escenario de crisis económica luego de que reventara la burbuja inmobiliaria. Más allá de la crítica implícita sobre el despilfarro, la muestra evita el lamento y propone herramientas que ayuden a encontrar caminos de posible de actuación en el ya no tan nuevo escenario. El diseño del conjunto, despojado y materialmente muy sencillo, se ajusta al mismo tipo de limitaciones que se les exigen a los proyectos convocados.

La exposición comienza con siete series fotográficas sobre edificios o espacios abandonados en medio de la obra, mostrando, además de su dimensión estética, su capacidad de sugerir nuevos lugares de actuación. La siguiente muestra es una selección de 55 proyectos, separados en nueve categorías, que responden con responsabilidad y coherencia a un contexto de recursos limitados. En otro espacio se proyectan 11 entrevistas con personalidades internacionales de la arquitectura, que se expresan sobre la situación española. Finalmente, el concurso Unfinished expone el trabajo de jóvenes arquitectos, muchos de los cuales aún no han tenido la posibilidad de construir debido a la recesión económica.

Semanas antes de que comenzara la Bienal ya se sabía que recibiría un merecido premio a la trayectoria el arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha. Nacido en Vitória en 1928 y distinguido con el Pritzker en 2006, Mendes da Rocha aún trabaja en su estudio en el centro de San Pablo, y es actualmente el principal referente de la denominada Escuela Paulista. Su obra, en la tradición de la Arquitectura Moderna, transmite una enorme confianza en la capacidad de transformación de la arquitectura y el urbanismo. Sus actuales proyectos mantienen la vitalidad admirable de los primeros, de fines de los años 50.

Se otorgó el León de Plata al nigeriano Kunlé Adeyemi, por su prototipo para escuelas flotantes. Paradójicamente, la única escuela fabricada a partir de este diseño se desplomó hace poco más de una semana en Lagos, luego de días de intensas lluvias. Hubo también menciones para la propuesta de Perú, una atractiva e interesante exposición sobre un proyecto de escuelas en la selva amazónica; y la de Japón, con alternativas de vivienda colectiva compacta para zonas densamente pobladas.

Resumiendo: premios para un equipo paraguayo, para la propuesta de la España en crisis, para un arquitecto brasileño y otro nigeriano; menciones para Perú y Japón. Así alineados los astros, es evidente que el foco está puesto en América Latina y sus propuestas, pero sería ingenuo pensar que el mérito es todo del curador chileno. Parece interesante agregar que, a diferencia de lo que suele ocurrir en los festivales de cine, donde el público aporta a la evaluación de lo exhibido, la Bienal de Venecia comienza con los premios ya otorgados y permanece abierta por seis meses, iluminando el camino legitimado de antemano.

Reboot

Sin haber tenido la oportunidad de visitar la Bienal y reportar desde el frente, agrego un rápido apunte sobre el enigmático envío uruguayo. Reboot (reinicio), la propuesta liderada por el profesor arquitecto Marcelo Danza para el pabellón de Uruguay, surgida de un concurso organizado por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, se apoya en dos acontecimientos de los años 70: la guerrilla urbana del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros y la tragedia de los Andes. El equipo responsable de la muestra sostiene que halló, en esas dos respuestas colectivas a situaciones extremas, sendas lecciones a partir de las cuales ve posible “contactar con otros registros posibles para lo arquitectónico”.

La exposición invita “al visitante a involucrarse con la muestra y a construir su propia estrategia de decodificación y entendimiento, generando sus propias relaciones de los eventos presentados entre sí y con la disciplina”. El pabellón, un espacio de planta rectangular de unos 100 metros cuadrados, está dividido en dos por una cortina translúcida. De un lado, un pequeño pozo cuadrado, con tierra y piedras al lado. Del otro, dos dibujos de gran dimensión sobre la pared y una frase, cuya traducción sería “Entenderemos lo que es la arquitectura cuando nuestra vida dependa de ello”.

Alcanzo a comprender que se encuentre interés en estrategias de supervivencia, e incluso que se puedan extraer de ellas lecciones arquitectónicas; lo que me resulta discutible es la pertinencia de esta propuesta esquiva en una Bienal que pedía soluciones a problemas probables. Remontarse al mito para entender “lo que es la arquitectura” es como pensar los problemas de la selección nacional de fútbol estudiando la final de Maracaná.

autor: gustavo hiriart

publicado originalmente en la diaria, Montevideo, Uruguay

http://ladiaria.com.uy/articulo/2016/6/desde-el-frente/

La diaria, edición 17/06/16

La diaria, edición 17/06/16

Ensayo y error – Gabinete de Arquitectura

El  arquitecto Solano Benitez dirige su Gabinete de Arquitectura en la ciudad de Asunción del Paraguay. La situación geográfica de este pequeño país en el centro de América del Sur, explica por sí misma alguna de las características del trabajo del Gabinete, por lo que conviene profundizar en este aspecto. Paraguay se parece quizá a la imagen que, alguien que no vive en América, puede tener de dicho continente: es un país con una economía débil (o “en desarrollo”), hibridado culturalmente, con clima muy cálido y húmedo, en medio de selvas y caudalosos ríos. Además de esto, Paraguay, como diría el escritor Augusto Roa Bastos sobre su condición de aislamiento físico y político, es “una isla rodeada de tierra”.

Todas estas particularidades, algunas de ellas verdaderas restricciones materiales a la hora de proyectar, han potenciado el trabajo del Gabinete de Arquitectura y le han dotado de mayor sentido. La carencia de presupuesto, junto a las tradiciones constructivas locales, llevaron a jerarquizar la técnica (entendida como los modos de hacer) por sobre otros factores. Tomando el material ladrillo como dato de partida, un elemento producido en el lugar y extremadamente barato, el desafío que se plantearon fue puesto en el uso imaginativo de un producto ordinario, expandiendo sus posibilidades. Solano dice que vivimos una “crisis de falta de imaginación”, por lo que se ha propuesto hacer lo que no sabe, en un proceso de invención y ensayo constantes, que admite el error como modo de acercamiento a la mejor solución posible.   

Por todo esto, el Gabinete de Arquitectura es a la vez un un estudio, una empresa y un taller; o mejor: un espacio de diseño, construcción y enseñanza ligada a la investigación. El propio edificio que alberga el estudio es un obrador en constante mutación, una verdadera cantera de obra. El desarrollo de la obra por parte del Gabinete, el trabajo directo con los materiales y con los “maestros” que realizan la construcción, es fundamental en todo este proceso que va indistintamente del estudio a la obra, o viceversa. Además, Solano Benitez se rodea de jóvenes arquitectos, que incorporan sus ganas e inventiva, mientras olvidan, como ellos dicen, lo que hasta el momento habían aprendido.

Si bien la técnica está en el centro del pensamiento de Solano Benitez, sus proyectos no se perciben como tecnológicos, ya que el proceso constructivo es un medio para generar el espacio y la protección del mismo, en un medio ambiente donde el calor plantea condiciones extremas. Sumado a esto, el uso del ladrillo naturaliza, por así decir, la presencia física de sus edificios. El uso de espacios intermedios, de cáscaras que fragmentan el exterior incorporándolo al interior, son respuestas que provienen del espacio, la aclimatación y el uso, y acaban en la solución tecnológica específica. Estas soluciones aparecen en varios proyectos del Gabinete, destacándose en la Sede de Unilever, la Casa Esmeraldina, la Tumba para su padre o la Fundación Teletón.

Solano Benitez declara que le interesa la historia de la técnica, y agrega: “incluyendo también a la poseía como una técnica muy precisa, para satisfacer precisas necesidades del ser humano”. Y nuestro arquitecto se vale de la poesía en dos aspectos fundamentales de su trabajo: la construcción y el discurso. La poesía opera por síntesis: condensa en palabras o en formas, ideas o imágenes, y las entrega de manera contundente; las formas que produce el Gabinete de Arquitectura son contenidas, hechas con un único material, y el mensaje llega a través del espacio, la luz y la materia de forma simple y profunda, conduciendo el mensaje directamente al campo emotivo. No es simple el pensamiento que las produce, pero sí lo es el resultado, a través de una refinada depuración. Por otro lado, en el discurso Solano Benitez se confunde con su obra: utiliza la literatura, la filosofía, expande el campo de acción de sus proyectos en conferencias y seminarios en todo el mundo, emocionando audiencias con su lenguaje poético y didáctico.

Probablemente la característica principal en la obra del Gabinete de Arquitectura es la coherencia; el ensayo continuo sigue una linea firme y no permite desviaciones, y el resultado, por bueno que sea, es siempre un momento en un largo proceso. Y esa coherencia se consigue siguiendo una filosofía simple pero poco común: una concepción humana en el sentido más amplio del término. Solano Benitez lo resume con esta frase: “yo soy vos”. Las ideas de solidaridad, de comunión entre los individuos, de servicio, nutren de contenido esencial a sus propuestas, mientras que la innovación las pone en relación. O como también nos dice Solano: “la inteligencia es el vínculo común entre todos los seres humanos”. 

La arquitecta francesa Anne Lacaton ha dicho que el lujo es aquello que supera las expectativas iniciales. Usar las restricciones a su favor, no desperdiciar ningún recurso en el proceso, aprovechar un material noble y barato, extremar sus usos hasta límites impensados, hacerlo generando espacio para el alma y confort para el cuerpo, y hacerlo con belleza; todo esto es lujo en el mejor sentido del término, el que proponía Lacaton. Solano Benitez hace más interesante la vida en sus edificios, y en el camino ha también dotado de mayor interés a la arquitectura como disciplina, además de generar atención sobre la buena arquitectura contemporánea del Paraguay. 

Casa Esmeraldina

La Casa Esmeraldina tiene nombre de ciudad, ya que es una de las Ciudades Invisibles de Italo Calvino. En ella, Solano Benitez introduce elementos de espacio público (rampa, muro, plaza elevada) como forma de potenciar lo colectivo en un ambiente privado. El punto de partida lo da la solución técnica: un suelo muy pobre, la necesidad por tanto de concentrar cargas, y el uso de grandes luces estructurales que buscan apoyo en los muros medianeros. Pero el resultado es espacial; las cajas, conectadas por puentes y escaleras, permiten fluir el espacio y la mirada, y proponen la creación de itinerarios diferentes cada vez. El muro de fachada es a la vez un límite, pero también una invitación a descubrir un mundo interior.    

Centro de rehabilitación Teletón

La Fundación Teletón es una ONG dedicada a la rehabilitación infantil, y es financiada a través de donaciones que se realizan una vez al año. Esta periodicidad coincide con las distintas etapas de la obra, por lo que el proyecto se propone como una suma de pabellones e intervenciones con distinto carácter. La utilización de todo los materiales llevados a la obra, incluso las sobras, implica una postura ética ante el esfuerzo de la sociedad que ofrece su ayuda año a año. De las distintas etapas se destacan las bóvedas de ladrillo calado, hechas con piezas prefabricadas en el lugar, y el pabellón de piscinas, con su cubierta conformada por pirámides invertidas; ambos recrean, tanto dentro como fuera, sugerentes paisajes artificiales.

Casa L.A.

En un campo a 200km de la capital paraguaya se ubica la casa L.A. Enfrentando una pista de aterrizaje, la casa se estira en un volumen único. Dentro de la caja de ladrillo aparecen otros prismas que van regulando los espacios, desde lo colectivo hacia lo íntimo, utilizando el gran volumen de aire como forma de aislación; además, dos entrepisos aprovechan el espacio entre caja exterior e interior. Al este, un muro plegado autoportante, de tan sólo 4cm de espesor, recorre 36 metros y se eleva 6. Este muro genera la circulación a los dormitorios, y aparece también, como segunda capa en la fachada, mostrando desde fuera el juego de límites. 

Una versión en inglés de este texto fue publicada en la revista Mark #42:

https://gustavohiriart.com/2013/03/01/invention-and-trial-gabinete-de-arquitectura/

Invention and Trial – Gabinete de Arquitectura

At the helm of the Gabinete de Arquitectura in Asunción, Paraguay, is architect Solano Benitez. The geography of this relatively small country at the heart of South America explains some of the main features of the Gabinete’s work. Paraguay can be seen as an iconic image of the continent. It is a nation with a weak economy (a ‘developing country’, euphemistically speaking) and a hybrid culture marked by Spanish and indigenous Guaraní influences. Paraguay has a hot, wet climate, vast forests and mighty rivers. Writing about its physical and political make-up, author Augusto Roa Bastos called his country ‘an island surrounded by land’.

These characteristics, some of which pose constraints to design, have enhanced the work of the Gabinete de Arquitectura. Tight budgets and regional building practices have led Benitez to prioritize methods of construction over other factors. Taking brick as a starting point – a cheap material produced locally – he attempts to make imaginative use of an ordinary product while expanding its possibilities. Benitez says that Paraguay is going through a ‘crisis due to a failure of imagination’. Lacking an instant solution to the problem, he engages in an ongoing process of invention and trial.

Because of the architect’s approach, the company he runs is a multifaceted operation. Both studio and workshop, the Gabinete is a hive of design, construction, education and research. The space that houses the studio – a building site in itself – is in constant flux. The development of construction methods is essential for a design process that moves from studio to building site and back again, combining the professional knowledge, craftsmanship and intuition of everyone involved. What’s more, Benitez surrounds himself with young architects who contribute enthusiasm and inventiveness to the mix, while often claiming to have forgotten much of what they learned at school.

Although building techniques form the core of his work, Benitez’s projects are not primarily technological. In an environment of extreme temperatures, he sees the construction process as a means of generating space surrounded by a shell. The use of brick naturalizes, so to speak, the physical presence of his buildings. By designing elements that fragment the exterior and fold into the interior, Benitez creates intermediate spaces that address problems relating to climate and programme. This and similar spatial solutions can be found throughout the work of the Gabinete de Arquitectura: in the façade and courtyard of Unilever Headquarters, for instance; in the concrete beams that generate space in the tomb he built for his father; and in the brick vaults of the Teletón Rehabilitation Center. The best example, though, is Esmeraldina House, whose three-storey brick wall – made from precast panels that are only 5 cm thick – achieves its stability from its folded geometry.

Another of Benitez’s interests is poetry, which he calls ‘a technique to satisfy the mental needs of human beings’. Poetry helps him to build his projects and to explain the work as well. Reflecting the use of synthesis, poetry condenses ideas and images into words or forms that it delivers in a forceful way. In physical terms, we can say that the Gabinete de Arquitectura produces precisely calculated forms made of a single material, but the force of these structures – a force arising from space, light and matter – conveys a deep message in a simple way, on an emotional rather than a rational level. The thought that goes into such forms may not be simple, but the result certainly is, thanks to careful refinement. As far as explanations are concerned, Benitez often refers to literature and philosophy in his speeches at conferences and seminars, expanding the scope of his projects into the realm of the imagination.

The main feature of the work is its consistency. By allowing for a process of invention and trial, the Gabinete leaves room for error in its quest for the best possible solution. Interestingly, this way of working leads to a very coherent body of work that’s more about the process than the final result.

French architect Anne Lacaton, whose work can be compared to that of Benitez with respect to the use of resources, has said that ‘luxury is not founded on money, but on transcending expectation’. To use restrictions as an advantage, without wasting resources in the process; to opt for a noble but inexpensive material, opening up its possibilities to unexpected uses; to generate space for the soul and comfort for the body, and to do it with beauty – such is the essence of luxury. In this sense, Benitez makes luxurious buildings, while simultaneously rousing interest in architecture as a discipline and drawing attention to the contemporary architecture of Paraguay.

Las Anitas House, Santani, Paraguay 2008

In the countryside, 200 km from Asunción, is the elongated Las Anitas House, a single volume that faces a landing strip. Interior spaces offer occupants various levels of privacy, from collective to individual. Two mezzanines have been inserted between the inner and outer walls of the house. The pocket of air captured between these walls provides insulation. On the east side is a folded, self-supporting brick wall that is 5 cm thick, 36 m long and 6 m high. The wall not only generates circulation that leads to the bedrooms, but also emerges as a second layer of the façade, resulting in a blurred translation between indoors and outdoors.

Esmeraldina House, Asunción, Paraguay 2004

Esmeraldina House is named after one of the places in Italo Calvino’s book, Invisible Cities. Here Solano Benitez has borrowed elements from the design of public space (ramp, wall, elevated plaza) to introduce a collective concept into a private setting. His first decision was based on a technical issue: a site with weak soil forced him to concentrate loads and to use large spans supported by party walls. The resulting house has a spacious atmosphere in which angular volumes, connected by bridges and stairs, produce a fluid whole, while seeming to suggest a new direction to follow at every turn. The striking ‘façade wall’ shields the house, forms a boundary and, at the same time, invites first-time visitors to discover an inner world.

Teletón Rehabilitation Center, Asunción, Paraguay 2012

The Teletón Foundation is an NGO dedicated to the rehabilitation of disabled children. The stages of construction for its accommodation in Asunción relied on funds from annual donations. Thus the project consists of various pavilions and interventions that were completed as money became available for their construction. Every material – new, used, recycled – that went into the project reflects the ethics and efforts of those who contribute to the foundation. Highlights of the Teletón Rehabilitation Center include brick vaulting at the entrance – components were made on site – and the swimming pavilion, with its roof of inverted pyramids. Such features enhance the evocative artificial landscape of the complex.

author: gustavo hiriart

originally published in Mark #42, Amsterdam, The Netherlands

MARK 42 cover MARK 42 pg 178-179 MARK 42 pg 180-181 MARK 42 pg 182-183 MARK 42 pg 184-185 MARK 42 pg 186-187